ANDRE CHARPENTIER
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"LA DIOSA DEL PILAR" |
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"La Déesse au Pilier" Traducción: M.A. Aguirre
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LA DIOSA DEL PILAR La Señora del Pilar, venerada en Zaragoza como el Palladium de España, es la heredera de una tradición sin edad, en el curso de la cual la Virgen Madre ha tomado las figuras más variadas, pero sin cambiar nunca de naturaleza. Tenemos que decir esto de entrada, ya que la Iglesia ha buscado desde hace mucho tiempo reivindicar la exclusividad de este símbolo mayor. Mientras que otras tradiciones, ante la trascendencia del Principio, se contentan plenamente con una imaginería simbólica, a veces elemental, pero que basta para despertar su intuición de la Sagrado. Todos los iconoclastas aparecidos después y que se proponen purificar la religión desembarazándola de sus símbolos formales, son pues más bien, por parte de las comunidades implicadas, el signo de una relativa incapacidad de ver más allá de las apariencias.(3) Desde luego, la aparición de la Virgen a Santiago, de donde ha partido el culto del Pilar, difícilmente puede pasar por un acontecimiento histórico. Esta Energía espiritual ha sido reconocida siempre, como lo testimonia el nombre mismo de su símbolo principal. Y es ya un prodigio que haya guardado su nombre antiguo de Palladium, que su origen “pagano” no ha bastado para rechazarlo. Pues las etapas de su recorrido, en las que la leyenda y la historia están íntimamente mezcladas, parten principalmente de la mítica ciudad de Troya. Se ha señalado frecuentemente, sin poder verdaderamente explicarlo, el empeño que nuestras civilizaciones sucesivas han puesto en vincularse con esta leyenda troyana, como si diera, bajo la imagen de un paraíso terrestre, la llave del misterio de la historia. Además no se trata ahí sino de la línea denominada por los Griegos “Hiperbórea”, ya que los Egipcios (por ejemplo) tenían también su Palladium, en la persona de la Diosa A-Set, cuyo trono figuraba igualmente el Eje del Mundo. Los Griegos habían por otra parte asimilado esta Divinidad sin vacilación –y bajo el nombre de Isis– a su Diosa Palas, ya que veían ahí, muy justamente, dos símbolos muy comparables de un mismo Principio Divino.(7) He aquí pues las imágenes de algunos antepasados de Pilar. Ellas muestran que el Axis Mundi, además de su forma “literal” del Pilar, puede tomar las de la Lanza o la del Trono, cuyo sentido es en el fondo análogo.(8) EL EJE DEL MUNDO Comencemos por la imagen del Trono, que se encuentra idéntica, en todas las tradiciones, como base (fundamento) del Eje cósmico.(9) Por una parte la egipcia A-Set o Isis, la Virgen con el Niño (Horus), ocupando el Trono del que lleva el nombre (e incluso la imagen, sobre la cabeza, para más claridad…). Por otra, la Sedes Sapientiae cristiana.(10)
Y he aquí los equivalentes griegos… ATENEA (Acrópolis y Varvakion) Dos representaciones griegas de la misma Virgen Palas-Atenea. Por un deseo de verosimilitud ya muy moderna, la función maternal de la Diosa ha desaparecido, para ser atribuida a Afrodita (“nacida del Mar”). ¡Con la misma intención, la lanza tiene sobre el Pilar la ventaja de la precisión científica, ya que permite reproducir la inclinación del eje terrestre (entre 22º y 24º) tal como se había medido en aquella época! Sin embargo, a pesar de ese “naturalismo” aparente, la pequeña joven (Koré) de la Acrópolis esconde un juego simbólico asombroso. (Véase a propósito de esto Athèna, ou le Septénaire Sacré (*) ). Sabemos que los Griegos son los más racionales de los hombres, lo que no quiere decir racionalistas. Por eso se niegan a presentar a su Diosa como Virgen y Madre a la vez, realidad paradójica, cuyo carácter proclamado no ha molestado sin embargo ni a los Egipcios, ni tampoco a los Cristianos. Y romanos… Imágenes latinas de la misma Virgen Palas. En la de la izquierda, la Diosa blande el Palladium de Vesta, fundamento sagrado del Imperio, que garantiza aquí la ley monetaria. Sobre la de la derecha, los pliegues de la túnica, recordando las acanaladuras de una colunna, asimilan la Diosa al Pilar cósmico. Esta incorporación de la Diosa al Pilar aparece también en las figuras de aquí abajo… He aquí primero Isis, llevando sobre la cabeza los cuernos lunares que ciñen el disco del Sol, imagen de su hijo Horus. Tenemos enfrente una estatuilla de Pilar(11), para mostrar que, en dos contextos muy diferentes, el sentido profundo de las dos imágenes no difiere sin embargo un ápice.
En la imagen de Isis, el artista ha querido poner en evidencia la maternidad de la Diosa, ya que la Luna (figurada por sus cuernos) está aquí literalmente “encinta” del Sol. En el caso de Pilar, el disco solar está reemplazado por la hostia, cuyo simbolismo está “puesto en evidencia” (en el sentido del latín ostendere) por los rayos que la rodean, como en todas las otras custodias. Aquí, el carácter lunar de la Virgen (que expresaban los cuernos bovinos de Isis), parece sin embargo ausente. Pero esto no es más que una ilusión, ya que si la forma del simbolismo ha cambiado sobre este punto preciso, su sentido está siempre presente, incluso si es de una manera que puede sorprender. En efecto, contrariamente al mayor número de estatuillas de este tipo, ésta es de metal. Y es incluso “bi-metálica”, ya que la Virgen, como el pilar, es de plata, mientras que la custodia que contiene la imagen de su Hijo es de oro, o al menos dorada. Esta particularidad basta para poner de relieve el significado hermético del objeto. Es bien conocido que en el vocabulario especial de la alquimia, estos dos metales, puestos siempre en correspondencia con la astrología, figuran respectivamente la Luna y el Sol. Una vez operada esta simple transposición, la identidad de los dos símbolos se hace tan perfecta que hace olvidar su enorme lejanía en el tiempo. Finalmente, las dos figuras siguientes son preciosas para mostrar que la continuidad “transhistórica” de la Tradición era bien comprendida por nuestros antepasados. Sobre el bajorelieve de aquí abajo, las dos Palas –la griega con vestido guerrero, la romana, con su velo de religiosa (Vestal)– encuadran una escena hermética, en la que los artesanos son los cuatro elementos forjando la égida quintaesencial.
Más asombrosa todavía, esta miniatura “paleocristiana”, sacada de un manuscrito de Virgilio (Vaticanus, del siglo IV), en la que se reconoce a Atenea y Vesta rodeando una figura crística(12), entronizada en posición polar, bajo el Arco iris, y entre el Sol y la Luna.
Y es justamente Virgilio quien ha contribuido grandemente a mantener esta continuidad. Ahora bien, sabido es el papel que ha jugado este poeta en la instauración del Imperio Romano, del que se va a tratar ahora, con todas sus supervivencias. Pero no sabríamos cerrar este capítulo consagrado al Pilar, sin recordar su presencia en toda Europa, y especialmente en Bélgica, donde existen innumerables reproducciones, a menudo ofrecidas por gobernantes españoles. Estas estatuillas, denominadas potales (es decir pilares) en el dialecto local, servían en efecto como “postes indicadores”, especialmente en los numerosos cruces de los caminos de Santiago. Se les resguardaba en pequeñas capillas, que llevan hoy día este mismo nombre valón. He aquí un ejemplo bastante monumental, que debe datar del siglo XVII.(14)
Acabamos de ver, con el apoyo de las imágenes, los lazos que ligan el Pilar de Zaragoza con un simbolismo literalmente prehistórico. Estos lazos son más evidentes todavía con el Santo Imperio, última manifestación de esta idea intemporal, y cuyo epíteto evoca bastante el carácter sagrado, y así pues la legitimidad.(15) Como todos los orígenes verdaderos(17), éste es muy modesto, ya que se situa en la Bélgica actual, y en la región de Nivelles, que era antiguamente el feudo del antepasado lejano de los Carolingios. Si bien no encontramos ahí sino las más importantes(19) de estas abadías, cuya red perpetúa la de las calzadas romanas, y prefigura la de los Caminos.
No es una casualidad si, para ilustrar la expansión del Santo Imperio en toda Europa, hemos hecho el recuento de las fundaciones de Bernardo de Claraval.(20) Los lazos entre este gran santo y el Imperio no ofrecen en efecto ninguna duda, ya que, junto a la Orden del Císter, ha fundado además la Orden del Temple. Ahora bien esta misteriosa Milicia santa no tenía como único fin la organización de las Cruzadas. Otra cosa igualmente importante respecto al tema que nos ocupa, es que debemos también a San Bernardo la relación estrecha que existe entre los Caminos de peregrinaje y las misteriosas Vírgenes Negras. La inmensa actividad de Bernardo hace pues aparecer un lazo muy sólido entre diversos elementos que habríamos podido creer erráticos, y sin la menor relación entre ellos.(23) ¡Después de este primer resultado, queda por examinar un nuevo y último punto que, a primera vista, parecerá aún más alejado de nuestro tema, ya que se trata de determinar los orígenes del blasón de Nivelles, una pequeña ciudad del Brabante valón! El tipo de cuestión que, normalmente, no debería preocupar más que a los archiveros locales, ya que sus relaciones con el prestigioso símbolo de Zaragoza no saltan verdaderamente a la vista. EL BLASON DE NIVELLES A riesgo de desconcertar al lector una vez más, señalemos que no es en los archivos oficiales de esta pequeña ciudad donde podremos encontrar su blasón auténtico.(24) Todo lo que queda de él –salvo revelación imprevisible– es la cruz abacial de Santa Gertrudis, patrona de la ciudad, que figura aquí abajo. Recuerdo un tanto escaso para un Nudo reconocido de los Caminos de Santiago, los cuales han dejado en la ciudad innumerables recuerdos.
Felizmente, como vamos a ver, los otros elementos significativos de estos escudos de armas se han conservado en otra parte, y en condiciones que podríamos calificar –con perdón– de rocambolescas. Entretanto, la sóla evocación de la santa es ya interesante, ya que era la propia hija, nacida hacia el 626, de Pépin de Landen (el famoso antepasado de los Carolingios), y la hermana de San Bavon de Gand.(25) Ahora bien, muy recientemente, el rico municipio de Lasne, en busca de prestigio, ha reproducido en todos sus documentos oficiales estas armas (así, pues, de hecho las de Nivelles) que le sirven desde ahora de sello, y que he aquí de nuevo en todo su esplendor!(27)
Y así, nuestra investigación llega a su fin, ya que ha alcanzado su objetivo. 1) La mitad derecha del blasón (en realidad su siniestra(28)), con las conchas de los Chaquetes, recuerda simplemente que la abadía de Aywiers era una etapa en el “Gran Camino” que llevaba de Nivelles a Wavre, y de ahí a Namur, un importante cruce de Caminos. 2) Pero es la otra parte del sello (su diestra) la que merece una explicación minuciosa. Veremos entonces que lo que pasa por un simple báculo abacial(29), es en realidad otra imagen del Pilar cósmico, lo que sugiere ya su diámetro, pero sobre todo la naturaleza de su voluta, y todo lo que le rodea. En efecto, mientras que el Pilar de Zaragoza se separa del “Campo de estrellas” de Compostela, nuestro Pilar es aún más explícitamente polar, ya que las siete estrellas que lo enmarcan son las de la Osa, con la Estrella Polar en posición dominante. Conclusión: todo está ahí, e incluso en España no se encontraría nada más completo. ENCOMIENDA TEMPLARIA DE MORIENSART Esta torre, llamada “sarracena”, aseguraba la defensa de la abadía de Aywiers (situada cerca) y de la granja adyacente, ambas desaparecidas. Las torrecillas son añadidos tardíos. Notas: (1) Y por este término, no entendemos evidentemente la imaginación, ni incluso la simple razón, que son facultades puramente psíquicas. Mientras que aquí se trata del Intelecto central, visión intuitiva del Espíritu, que no es otra sino la presencia misma de la Divinidad en nosotros. (2) Como si una Idea no fuera mucho más real y más viva que un simple hecho, incluso calificado de histórico. Lo Absoluto, cuya naturaleza es eterna, no está pues sometido en modo alguno a este tipo de relatividades. (3)La manera en la que recientemente se ha “limpiado” el culto a los santos de todo lo que no era prosáicamente histórico nos ha privado de un tesoro de símbolos, víctimas de teólogos pedantes. Felizmente no se ha osado intentarlo, bajo pretexto de aggiornamento, con nuestra Virgen del Pilar. ¿Es que la Buena Madre no tiene intención alguna de dejarse “blanquear”? (4) E incluso los hechos denominados “sobrenaturales”, como el célebre “milagro de la pierna” (por indiscutible que pueda ser), no deben decidir sobre esto. (5) Sobre esta cuestión, olvidada, véase (bajo el título general de Axis Mundi) Athèna, ou le Septénaire sacré. (6) Esta Diosa lunar era la hermana (el paredro) del Dios-Sol Apolo. Los dos nombres contienen el radical PL del Polo, del que figuran así la “polarización” creadora. (7) No hacían sino seguir en esto a los mismos Egipcios, quienes denominaban a A-Set “la Diosa de los mil nombres”. Estos nombres no eran sino los atributos, variables al infinito, de la misma y única persona Divina. (8) Estas variantes, vamos a verlo, añaden al sentido general del Eje universal modalidades complementarias, ya sean científicas o políticas. (9) Su cima estando ocupada por la figura del Logos, ya se trate del Apolo hiperbóreo o del Pantokratôr cristiano. La estricta analogía de estas dos funciones está subrayada por la de los dos términos latinos Fastigium (techumbre, remate) y Vestigium (Fundamento), de los cuales depende todo el simbolismo arquitectónico. (10) Su radical común SD, que insiste sobre la estabilidad de su residencia entre nosotros, no está ahí por casualidad. Cf. la Shekinah hebráica (del verbo shakan: residir) principio comparable al del Emmanuel (“Dios entre nosotros”). (11)Pilar-custodia, conservado en Bélgica (Aiseau-Presle); esta reproducción nos ha sido amablemente comunicada por M. Auguste Wéry, de la asociación belga de los “Amis de St Jacques”. No se ve aquí más que la parte superior de la columna. (12)Reconocible por su aureola. Los personajes en segundo término parecen ser la Virgen y San Juan. (13) Donde no corre peligro de pasar inadvertido, ya que es el único que lleva el vestido blanco, insignia de los Pitagóricos, que devino más tarde la Bianca stola de los Templarios. Sobre el significado hermético de esta pintura, véase Athèna (op. cit.). (14) El autor habla en cuanto a su capilla, ya que este potale está muy cerca de su domicilio actual. Servía de punto de reunión a los pereginos que salían de la abadía de Aywiers para tomar el “Gran Camino” que llevaba por etapas a Namur, una importante encrucijada de Senderos. (15)Ese “Derecho Divino”, que hace “dar al César lo que es del César”. (16)Si todo el mundo ve bien que los Caminos de Santiago encuentren su término en el Finisterre de Galicia, debemos también preguntarnos de dónde parten. (17) No es por nada que el “Rey del Mundo” ha nacido en un establo… (18)Por eso la pretendida Comunidad Europea hace salir de Bruselas sus directrices imperialistas, con gran perjuicio de sus habitantes. (19) Debía de haber un millar, con 6.000.000 de hectáreas en cultivo. (20) Claraval [Clairvaux] se halla en el epicentro preciso de ese verdadero seísmo cultural que es la creación de las abadías. (21) Su tesoro era pues forzosamente inmenso, pero los Templarios debían permanecer, por sus mismos votos, individualmente pobres. Por otra parte, a pesar de todas las calumnias interesadas, las malversaciones financieras no comenzaron sino con el destructor mismo de la Orden, el rey de Francia Felipe IV el Hermoso. (22) En el Mont St Michel como en Chartres, la Virgen se denomina “Notre-Dame sous terre” [Nuestra Señora bajo tierra], y su verdadero lugar está en la cripta. Para más detalles sobre este simbolismo que nada tiene que ver con los sempiternos e imaginarios “ritos de fertilidad”, véase Athèna, ou du Septénaire sacré. (23)Este papel de mediación es propio de todos los grandes espirituales, ya se trate de asegurar la transición de una tradición a la que la sigue (como hizo Virgilio), o también de reforzar la coherencia en el interior de una misma tradición, como en este caso. Añadamos que a un nivel mucho más modesto, no importa el investigador que sea tiene por tarea “reunir lo que está disperso”, es decir “ligar entre sí” (de ahí el verbo latino intelligere) indicios de aspecto a menudo insignificante. (24) Al menos si creemos al Armorial des communes belges. (25) Es ahí, en la catedral que lleva su nombre, donde se encuentra el Cordero místico. (26) Simplificamos un poco, para abreviar, ya que la verdadera casa-madre era, como su nombre indica, la abadía de los Awirs en Lieja (otro suelo imperial). (27) O poco más o menos, ya que las conchas (de Santiago) eran primitivamente rojas, pero alguien, enegreciéndolas, ha hecho desaparecer los colores de los Templarios (gules sobre fondo plata), que han permanecido sin embargo las de los Caminos (alias G.R.). Alteración menor, si la comparamos al caso de Nivelles. (28) Sabido es que la heráldica escoge el “punto de vista” del escudo, y llama pues siniestra (izquierda) a todo lo que se encuentra a nuestra derecha (y vice-versa…). (29) Sólo un báculo ordinario aparece en los documentos municipales, y, entre otras cosas, en las bolsas de basura, lo que no es quizás del mejor gusto… (30) Mientras que el Pilar y la polar que lo corona permanecen naturalmente fijos, el Dragón representa al contrario el movimiento incesante del universo alrededor de su Eje. Este movimiento, que es también el de la serpiente Ouroboros del hermetismo, se realiza en el sentido zodiacal (solar), el de las agujas del reloj. El hecho de que el “báculo” de Nivelles haya sido girado en el otro sentido no es sin duda una casualidad, ya que en este ámbito los menores detalles cuentan, o deberían contar (ya que se hace hoy lo que se quiere con la heráldica). (*) Véase el artículo mencionado en la página de SYMBOLOS en francés: http://symbolos-fg.com/Indices/Index_Athena.html
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